Los olvidados de un totalitarismo partidista
- Equipo Watchmen
- 26 oct 2017
- 3 Min. de lectura
Según datos proporcionados por el Instituto Nacional Electoral (INE) en 2017, el presupuesto de campaña para los candidatos independientes y partidos políticos en nuestro país es de 6 mil 778 MDP, lo que no se menciona, es el financiamiento que tienen los partidos políticos por parte de este organismo.
Este presupuesto se designa a partir de multiplicar el corte del Padrón Electoral al final del mes de julio de este año por el 65 por ciento de la Unidad de Medida y Actualización (UMA), que en este caso corresponde a 75 pesos, otorgando así, montos de 1, 000 MDP a los partidos más poderosos de nuestro territorio.
Conociendo estos datos, ¿en verdad están en las mismas posibilidades los candidatos independientes de ganar un cargo público que los candidatos afiliados a un partido? Las diferencias son desconcertantes.
La carrera por la Presidencia México empieza una vez más, con ello la lucha por hacerse con un nombre ante el pueblo mexicano para ser el candidato más popular. Lo nocivo de estas contiendas son las grandes diferencias en oportunidades que tiene un candidato independiente frente a las de un partido político.
La ideología hacia la democracia que se tiene en el estado de Tabasco ha avanzado, ahora tiene la misma significación ver a un candidato militante de un partido político que al joven estudiante, obrero o ama de casa en torno a la pugna por una postulación imparcial.
Se ha creado conciencia y razón en el pensamiento ciudadano, y gracias a ello, sabemos quién es la mejor persona que aspira a defender y representar nuestros intereses. Estamos en pleno siglo XXl, tenemos un libre albedrío, los tabasqueños hemos despertado, las candidaturas independientes ya no son un experimento, hoy son una realidad.
Y bien, los candidatos independientes no son ninguna especie de superhéroe para México, pero sí una fuerte competencia libre de cualquier condición idealista impuesta por un partido. No van a producir mejores gobernantes, pero sí pueden alentar que los partidos escojan mejores candidatos. No van a acabar con todos los males en país, pero sí pueden dar un nuevo respiro al sistema político (y quizá también de demagogia) para la elección presidencial de 2018.
El pueblo quiere un cambio, ya se cansó de este totalitarismo partidista, quiere ser escuchado sin la necesidad de portar un color, está pidiendo a gritos ser tomado en cuenta, más cuando ve los buenos accionares de ciertos candidatos independientes. Tal es el caso de José Pedro Kumamoto Aguilar, Candidato Independiente por Distrito 10 local de Jalisco, que afirma: “Una candidatura independiente no se trata de una personalidad, es una candidatura que se hace a través de movimientos sociales por la indignación que hay hacia la política institucionalizada de los partidos, que no han funcionado de forma correcta”.
Decretar un sistema de financiamiento generoso a los independientes podría estimular el oportunismo y vaciar de contenido estos nuevos actores sociales. Si el respaldo económico es justo y sólo reembolsable a quienes hayan superado cierto umbral de votación, entonces quienes participen lo harán como lo debe hacer cualquier emprendedor: bajo riesgo y con mucha pasión, que son los criterios y valores que hoy se necesitan para un buen mandato.
Lo que nos salvará de la corrupción, del abuso del poder, de la mediocridad y del mal gobierno es justamente fortalecer el sistema de partidos. Ello no significa manga ancha, ni dinero ni prerrogativas adicionales. Fortalecer el sistema de partidos implica mayor rendición de cuentas, mejores reglas de nominación, depuración de sus cuadros, fortaleza, claridad ideológica y responsabilidad frente a los ciudadanos.
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